miércoles, 11 de noviembre de 2020

Capítulo 38







Emilio y Beatriz caminan por el barrio de Emilio. Lleva gorro y gafas de sol. Pañuelo en el cuello. Viste ropa cara. No parece él. Salvo por sus aires amanerados, su chepa y su torpeza al caminar. Bajo esa ropa es el mismo rarito de siempre. No quiere que lo reconozcan. Hay mucho dolor y rencor en su corazón. Beatriz ha llorado con él. Ha empatizado con su historia. Están muy unidas. 

--quería ver este lugar por última vez. Me llevaré a Neme  a Londres y nunca volveré.

Los ojos se le llenan de lágrimas. Beatriz lo abraza.

--¿no lo quieres volver a ver?

El rostro de Emilio se llena de odio  

--¡Por culpa de Guillermo no me pude despedir de mi madre. Seguro que murió de la pena!

--Sabes que no. Vivía como una loca. Iba a mucha velocidad. Nadie tuvo la culpa. Su auto se estrelló. Sabes que este año fue el más feliz de su vida.

Beatriz lo abraza con cariño. Emilio es puro rencor.

--¡Maldita herencia. Ha arruinado mi vida!

Se paran delante del bar Bin Ben.  Emilio tiene los sentimientos a flor de piel. No sólo por estar en su país, por estar delante de ese lugar que tantos recuerdos le trae. Está Billy en la plancha como aquel día ya tan lejano. A Beatriz le gusta el inglés.

--¿es tu marido?

--No es Billy. que extraño que trabaje ¿que pasaría?

Y aunque lo está viendo de lejos, a través de los cristales, Beatriz lo ve muy guapo y se siente muy atraída hacia él.

--es muy guapo.

--¡¡pero es un desgraciado¡¡ --Emilio con odio.

Beatriz siente que ese hombre tan guapo es lo que ha estado buscando pero debe odiarlo. Ha sido testigo del dolor de Emilio y ha convertido en propio el dolor de tu amigo. Beatriz ha quedado muy impresionada por el guapo Billy. Está deseando conocerlo.

--¡¡vamos a entrar¡

Emilio la mira sorprendido.

--chica, que ansiosa.

Beatriz tiene que ocultar que ese inglés le gusta mucho:

--es un hombre casado y es un maldito ¡¡lo tengo que odiar¡ --dice para sí.

Beatriz se siente culpable porque le está gustando el hombre que hizo daño a su amigo y no debe, ha aprendido a querer a Emilio y no se quiere poner en su contra. Emilio ha pensando mucho en si llegaba ese momento, en el que tuviera delante a uno de los ingleses. Le duele pensar que ese hombre que ve a lo lejos le dio su primer beso por dinero:

--pero ¿porque trabaja?

Su intención era irse. Se estremece pensando en Guillermo y no está preparado para enfrentarlo. La nostalgia, los recuerdos, la curiosidad de saber qué ha pasado en este tiempo.

--las pocas veces que hablé con mi madre no me atreví a preguntar pero le regalé una fortuna 

Y Beatriz se muere de ganas de acercarse a Billy.

--¿entramos?

--no. No quiero verlo.

--no hables. Vas camuflado. No te van a conocer.

Beatriz no espera respuesta y va hacia la puerta agarrando a Emilio de la mano. Emilio toma aire. Está nervioso. La embarga la nostalgia y la tristeza al entrar.  La última vez que estuvo en ese bar inglés fue como esposo de Guillermo. No puede evitar mirar a Ela con rencor:

--todos lo sabían ... todos --piensa.

Siente rencor y amor. Piensa en todos los momentos lindos que pasó en ese lugar con Guillermo. Billy está al lado de la puerta, él no le dice nada. Se muestra antipático. Pero Emilio se muestra más  tranquilo porque nadie lo reconoce. Ela los trata con amabilidad.

--es mi suegra.--piensa Emilio con rabia.

Y actúa como un desconocido, como si no supiera lo que tienen  en ese lugar que conoce a la perfección.  Es Beatriz la que habla. Emilio tiene detrás a Billy y le pone nervioso recordar lo mucho que le gustó y que él lo besó. Tiene el pelo muy corto, casi rapado. Jenny, la camarera inglesa, sigue trabajando en el bar. Está fuera de la barra, le coquetea a Billy.

--que guapo estás Billy  ¿porqué tan serio?

Ella lo toca y él le guiña el ojo.

--él en el trabajo no somos nada.

--a la salida vamos a mi casa. Te echo de menos

Ella le pellizca el culo. Billy se deja querer. Ella es coqueta y Emilio está aprendiendo inglés y los entiende.

Y Emilio siente mucha rabia:

--pero qué descaro el de Billy , es un hombre casado. --piensa,

Emilio siente mucho odio, no imagina de su sufrimiento, del abandono de la esposa de Billy. Billy pasa por el lado de Emilio. Aunque no lo quiere reconocer la verdad es que el hombre tiene muy buen culo, pequeñito pero atractivo, se le hacen unas arruguitas muy sexy. Lo ve muy guapo, muy seductor. Lleva una camiseta negra, se le ve unos brazos musculosos, luce tatuaje. Entiende porqué tuvo dudas con él pero su belleza ya no lo deslumbra. Lo ve vacío, lo odia.

Él se va alejando hacia las escaleras mientras que Jenny va hablando a Ela de Billy:

--es muy guapo, 

Ela no está muy conforme:

--mi hijo es mucho más guapo.

Jenny sonríe pícara y piensa:

--lastima que sea gay. Con Billy disfruto mucho en la cama pero sería una gozada hacerlo con los dos primos y si es a la vez mejor.

Emilio siente una punzada en el corazón. Piensa en los momentos tiernos con Guillermo. Tiene un nudo en la garganta. Beatriz está loca de deseo. Ese hombre no le ha gustado. Le ha encantado. Billy vuelve a bajar. Beatriz clava su mirada en el guapísimo hombre. Emilio le vuelve a ver el culo, esas arrugas que le hacen el pantalón lo excitan por encima del rencor que siente por él. Aunque lo desprecie no puede negar que es un hombre muy guapo y seductor. Billy está acostumbrado a que lo deseen. Hombres y mujeres. Ignora a Emilio. No se fija en él. En cambio se muestra coqueto con Beatriz.  La nueva clienta la verdad  le ha gustado. Además se ha dado cuenta que ella lo miraba que no le ha sido indiferente:

--¿le gusté? --piensa él.

Y él le gusta mucho.  Sonríe:

Emilio siente un gran odio cuando ve a Henry que es amable con ellas y tiene que hacer un esfuerzo por no mostrar el odio que está sintiendo hacia la familia de su esposo. Billy y su tía hablan, Emilio lo mira de reojo. Beatriz con descaro. Billy se siente deseado.  Billy se pone delante de Beatriz. Sé da cuenta que ella lo ve atractivo y quiere provocarla. Se prepara la bebida que le vio siempre Emilio beber: café, agua, azúcar y todo bien batido.

--¿¿cómo estamos? --pregunta él muy amable y sensual .

Y Emilio se mantiene al margen. Beatriz se muestra coqueta. Le acaricia la mano coqueta. 

--ahora bien.

Billy se estremece por las caricias de Beatriz, hace mucho que no se sentía así. En ese momento entra alguien y Emilio tiembla. Reconoce esa presencia. Es Guillermo. tiembla al sentirlo cerca. Lo ve más guapo que nunca. El inglés saluda muy simpático algo que derrite a Emilio.   Guillermo sonríe.  Clava sus ojos en Emilio pero no tiene tiempo de reconocerlo ya que Emilio va hacia el baño. Muy sofocado. Guillermo no entiende porque su corazón late deprisa. Beatriz entiende que su amigo perdiera la cabeza por esos ingleses. Los dos son muy guapos pero a ella le gusta Billy. Guillermo no sabe bien porque su corazón late con fuerza. No ha tenido tiempo de reconocer a Emilio pero sí su alma. Guillermo sube. Emilio en el baño se lava la cara. Emilio se estremece sólo por la presencia de su amado. Lo ha visto después de un año. Hay un volcán dentro de él. Lo ama y lo odia. Siente que el corazón se le va a salir por la boca sólo de pensar que su amado está tan cerca. Se sobresalta porque tocan a la puerta.

--ya se fue.

Emilio abre sofocado.

--¿cómo estás?

Emilio necesita irse.

-- te espero en el hotel. Averigua lo que puedas con Billy.

Y Beatriz hace que sí, que claro. Tiene que hacer un esfuerzo para que no se note lo feliz que es. Emilio siente que va a desmayar. Necesita que que dé el aire. Ver a Guillermo lo ha golpeado demasiado. Corre por la calle. Llora. Grita con rabia y dolor. Es como si el tiempo se hubiera detenido hace un año.


Al cabo de un rato, Guillermo está sobre su cama. Como todos los días revisa el diario de su esposo, mira ese álbum de su boda. Esa caja con toda su vida que Emilio coleccionó  con tanto amor durante años. Se levanta, en la mesita tiene una foto de la boda. La besa con amor pero se siente distinto. Aunque él mismo no se da cuenta su subconsciente le dice que su bonito está muy cerca.


Emilio se ducha en su hotel.  El encuentro con el que fue su esposo la ha impactado. No quiere aceptar que aún lo sigue amando.  Guillermo es un hombre  guapísimo.  Todo un galán que lo enloquece.

--lo tengo que olvidar, lo tengo que odiar. 

Está de paso en la ciudad pero Guillermo está clavado en su corazón. No puede dejar de pensar en él.  Lo que menos tiene es ganas de volver a irse. Guillermo está en su alma, en su piel, en su cuerpo y su sangre. Su corazón es un hervidero de recuerdos. Momentos de ducha. Deseo. Amor. Complicidad. Su boda La finca. Tantos recuerdos de su felicidad juntos.  Su rostro se llena de lágrimas:

--¡¡maldito, maldito¡

Se golpea el pecho como si así pudiera arrancarse todo ese amor. 











Billy ha llevado a  Beatriz a su apartamento, los dos se miran con deseo. 

--¿quieres tomar algo? –le pregunta él.

En una mezcla de atracción y odio traspasado por Emilio ella dice.

--a ti.

Y los dos arden. Se besan. Él está encantado. Le gusta mucho la chica y no esperaba que se le hiciera tan pronto.

--¡¡¿¿cómo te llamas? –jadea él mientras la va desnudando.

Y ella se está olvidando de todo, lo está acariciando con deseo. 

--no importa… no importa

Y Billy muerde en el cuello a Beatriz:

--me gustas… me gustas mucho

Y Beatriz disfruta en brazos de ese hombre. Le encanta ese trasero que acaricia locamente, le arranca la camisa y le besa en el pecho. Billy ya la está desnudando. Los dos están muy excitados. Beatriz le muerde las orejas, Billy grita excitado. Y él la está llevando a la cama. Y ella se ha olvidado por completo de su amigo. Del engaño, de que es un hombre casado. Billy es irresistible. Y Billy disfruta sintiéndose deseado. Vibran en brazos del otro. Beatriz se olvida de que me han pedido que le saque información. Los dos se disfrutan. Se desean. Hacen ardientemente el amor. Beatriz es feliz en brazos de ese hombre y le duele sentir que traiciona a su amigo. No se quiere mover de sus brazos. Es momento de asumir la verdad. Él siente que ha renacido en esa cama.

--supongo que piensas que soy una cualquiera.

Desnudo en la cama sonríe feliz.

--no pienso. Disfruto. 

.Le agarra la mano, la alianza aún está en su mano. Ese anillo le recuerda todo el daño que hizo a Emilio. 

--me volví loca. Eres un hombre casado.

Billy ya se había acostumbrado a su alianza, ya se le ha olvidado que la lleva. Sobre la mesita hay una foto de su hija. Beatriz detesta el hecho que Billy la haya convertido en su amante en la misma casa en la que vive su esposa y su hija. En la cama dónde supone duerme con ellam Mira la foto de la niña:

--¡¡y además tienes una hija¡

Beatriz se empieza a vestir. Billy salta de la cama desnudo.

--sí, es cierto… tengo una hija pero no soy casado

Y Beatriz con lágrimas de odio en la mirada recuerda a Cris y cómo arruinó la  vida de su amigo. Emilio le ha traspasado todo ese odio y ahora además Beatriz se siente culpable por haberse acostado con ese hombre tan guapo y haberlo disfrutado. Abofetea a Billy.

--¡¡ahora no me salgas con que eres viudo¡

Esa mujer le gusta en serio. No quiere que piense mal de él. 

--mi esposa me dejó hace un año. Me hizo mucho daño y olvidé quitarme el anillo. 

Beatriz lo mira sorprendida. En realidad ahora que lo piensa le sorprende que viva en ese viejo apartamento, que trabaje con sus tíos si Emilio lo hizo rico. Tiene ganas de saber la historia.

--¿de qué hablas?

--tal vez sí debí decirte antes pero todo fue tan rápido. No sé ni como te llamas.

--¿y tu esposa?

--Me dejó… se fue dejándome a mi hija, nos abandonó. No he vuelto a saber de ella.

Beatriz está sorprendida:

--¡¡sólo un monstruo haría una cosa así¡¡

Billy la mira con pena, la acaricia:

--nunca me había interesado tanto una mujer desde entonces.

--En realidad no me tiene que sorprender –susurra ella recordando el daño que le hizo a Emilio.

La amargura de Billy la conmueve.

--aún  llevas el anillo.

Billy se saca el anillo y con odio lo tira por la ventana:

--¡¡era pura rutina… no puede ser que Cris me vuelva a lastimar… que me siga haciendo daño¡

A Billy le interesa mucho Beatriz y le da rabia que por un descuido pierda la oportunidad.  La acaricia:

--debo gustarte mucho para haberte acostarte conmigo sin conocerme… sin saber nada de mí ¿Qué importa mi estado civil? 

--¿eres divorciado?

--No, no dio la cara… en realidad Cris aún es mi esposa

Beatriz se medio viste y va hacia la puerta.

--¡no te vayas¡¡ ¡¡no me dejes así¡¡

Y Beatriz abre la puerta y Billy no está dispuesto a dejarla ir sin luchar y la agarra del brazo y se la tira contra el pecho y la besa apasionadamente. Y a Beatriz le gusta. Y de nuevo se olvida de todo y cae en sus brazos. No tardan en volver a hacer el amor. Beatriz no se acuerda de ese amigo que le ha pedido que que saque información a ese hombre y que lo espera ansioso en el hotel .

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