miércoles, 11 de noviembre de 2020

capítulo 31

 










Guillermo y Emilio entran en una gran finca. El guapo inglés está muy impresionado:

--¿¡¡todo esto le ibas a regalar a mi primo?¡ ¡¡¿estás loco?¡

Emilio lo mira avergonzado:

--perdóname.

--No se trate de que te perdone. Se trata que no puede ser que compraras esto para él y ahora salgas que me amas a mí.

Emilio oye reproche en las palabras de su esposo y le duele. Guillermo siente celos. Con vergüenza, tartamudeando y sin atreverse a mirarlo Emilio dice:

--Esto es apenas ni un uno  por ciento de lo que heredé.

--¿tan rico eres?

Emilio  hace que sí con la cabeza. Guillermo para el coche. Se lleva las manos a la cabeza.

--¿¿qué es lo que te pasa?

Guillermo sale del auto. Se lleva las manos a la cabeza. Resopla. Empieza a caminar. Emilio se le acerca y lo abraza por la espalda. Se aferra a él con desesperación.

--yo te amo, Guillermo. En el fondo yo sabía que tu primo lo que quería era mi dinero y por eso se lo iba a dar. Me hubiera gastado lo que él pidiera por vivir mi sueño, mi sueño de amarte a ti. Tu primo me pidió un piso a cambio de nuestra noche de amor y yo compré todo esto. Ya que no eras tú, ya que no era con la persona que yo soñé quise hacerlo romántico, por algo a ti no te frené. Te amo Guillermo ¡¡te amo¡

Emilio pega su cabeza a la espalda de su amado. Lo abraza con tanta fuerza que casi no lo deja ni respirar. Se ve desesperado.

--a mi me da igual el dinero ¡¡yo soy el soy mismo Emilio que se enamoró de ti desde que llegaste de Inglaterra¡

Al inglés le conmueve la angustia de él. Se gira y lo besa en las manos:

--pero es que no me extraña que tu madre me vea como un aprovechado ¡bonito, yo nunca estaré a tu altura¡

--¡¡si quieres pongo el dinero a nombre de mi madre, lo regalo¡ ¡¡a mi no me importa¡ ¡a mi me importas sólo tú¡ ¡eres lo mejor que me pasó en la vida¡ ¡no te quiero perder, no me dejes! ¡haré lo que me pidas. No me dejes por esto¡

Guillermo resopla. Se pasa las manos por la cara. Se las lleva a la cabeza:

--es urgente que vayamos a un notario, que quede claro que yo no tocaré nunca tu dinero.

--a mi eso no me importa.

--pero a mí sí.

Emilio habla alterado. Tartamudea y a veces no se le entiende por los nervios.

--si quieres podemos llevar una vida sencilla, en mi casa de siempre, con el coche de mi madre.

--yo tengo que trabajar a diario.

--yo te puedo ayudar, incluso podemos trabajar en un bar.

--¿un bar? ¿El qué le compraste a Billy?

Emilio agacha la cabeza con vergüenza. Guillermo se muere de la rabia y de los celos:

--¿¡¡en que estabas pensando?¡ ¿tan desesperado estabas que le ibas a dar todo a un hombre sólo por sexo?

Emilio lo mirando llorando dice muy dolido:

--¡si. Estaba desesperado!! ¡tenía 46 años y era virgen¡¡¡ni siquiera sabía lo que era un beso¡

Se va corriendo hacia el coche llorando. Guillermo no deja que se meta y lo abraza por la espalda:

--perdóname, bonito, pero es que para mí es difícil pensar en todo lo que ibas a hacer por mi primo y que dices que no lo amas.

Emilio se gira llorando:

--¿que tengo qué hacer para convencerte que te amo?

Guillermo lo acaricia con ternura:

--es que cuando te miro a los ojos veo ese gran amor, me lo demuestras y por eso no entiendo tú interés por mi primo.

--me preguntas si estaba desesperado ¡¡sí... sí lo estaba¡¡ ¡Guillermo no puedes no entenderme! ¿A qué edad perdiste la virginidad?¡ eran ya 46 años y era virgen¡¡ ¡¿¿cómo crees que podía estar? ¡¡se me aparece en mi vida un chico que es el vivo retrato de mi gran amor¡¡ ¿¿¡porqué lo iba a rechazar?¡ ¡¡ él me dio mi primer beso, iba a hacer el amor con él pero sólo deseaba estar contigo¡ ¡¡¡si no hubiera sido así no habría ido esa noche a tu bar  ¿¿qué sentido tenía?¡¡ ¡¡fui porque quería verte a ti¡ ¡¡pensaba en ti¡ No lo sé... pero siempre pensé que tu primo es lo que esperaba de mí, que sin dinero no me aceptaría! 

--¿quieres decir que sospechas que te fingió amor?

--No... no...  no sé... no me hagas caso... pero a ti te di lo más sagrado... mi amor, a él no le podía dar amor y por eso le di cosas materiales. 

Guillermo lo toma de las manos:

--dime una cosa y ya no volvemos a tocar el tema. ¿qué más compraste para él?

--un lujoso piso y un descapotable de  casi 300 mil euros que eligió él.

Guillermo resopla. Se pasa las manos por la cara y después por el pelo. Lo mira con resignación:

--¿y qué piensas de todo eso?

-- No sé, es tu primo. Lo dejo en tus manos. Quiero ser sincero. Acepté la herencia para comprar un bar y ofrecerle trabajo a Billy.

Guillermo pone mala cara. 

--y no te me pongas celoso. Finalmente te elegí a ti, pude quedarme con él. No me quedé con el primero que me hizo caso pude elegir y eligió mi corazón --Emilio.

Guillermo lo abraza, sonríe:

--¿me amas?

--Más que a mi vida.

Y Emilio  no lo piensa pero no le pregunta por sus sentimientos, está tan feliz que no le preocupa. Tal vez en el fondo no quiere despertar del sueño.

Guillermo lo besa:

--me basta con que me quieras mucho. Más adelante ya hablaré yo con Billy por si te acepta el trabajo. Me imagino que todo está a tu nombre no ¿o lo pusiste a su nombre?

--un notario había preparado un acta. Se lo iba a ceder después... de... bueno... eso...

Emilio agacha la cabeza, Guillermo le levanta la barbilla y le  besa:

--olvidalo ya. Eso sí, prepara un acta para que yo la firme renunciado a todo. Si es mañana mejor. Yo me sentiré mejor y prefiero olvidar en la medida que podamos que eres rico.

--si claro... es mi madre la que vive como millonaria yo sólo quiero vivir contigo, aunque hay una cosa...

--¿malo?

--es que el coche si lo puse a nombre de tu primo y lo pagué al contad. Se lo van a entregar a él.

--bueno, no pasa nada, así se resignará.

Guillermo abraza fuertemente a Emilio que está muy triste:

--yo te prometí una noche especial y te la voy a dar --Guillermo.

Guillermo lo besa en la mejilla y lo mira pícaro:

--sabes... siempre me quise bañar en bolas y de noche... ¿vamos a ver si encontramos el lago que me has contado que hay? 

Emilio abre los ojos como platos.

--¿¡desnudos¡?

Guillermo  mira seductor:

--es lo que soñabas al comprarla ¿no? Te querías bañar en bolas conmigo pues sueño cumplido.

A Emilio le da vergüenza y agacha la cabeza. Guillermo le levanta la mirada y le guiña el ojo.

--somos esposos y a ti te encanta verme desnudo y a mi me encanta que te guste.

Se miran felices y se besan ardientemente. Se montan en el auto.




 



Aunque les cuesta encontrarlo porque la finca es enorme, llegan al lago. Guillermo está maravillado:

--esto de día debe ser precioso.

--¿te gusta la finca?

--y quien no.

--yo la elegí para compartirla con alguien especial. No pensé que pudiera compartirla contigo pero es lo que más quería. Nadie tiene porque saber de esta finca y me gustaría que fuera nuestro rincón.

--Eso no te lo puedo negar. Me encanta este lugar. Aunque no vinimos aquí para eso... --dice Guillermo seductor.

Poco a poco le va haciendo un bonito striptease que vuelve loco a Emilio. Aunque no se ve mucho el cuerpo desnudo del guapo inglés en sombras lo excita mucho. Guillermo está totalmente desnudo:

--ahora tú.

--me da vergüenza.

Guillermo lo  mira sensualmente:

--ya te he visto en bolas y ¿no es lo que querías? Yo en bolas y tú no, no se vale. Ante tu marido no puede haber vergüenza... hazlo por mí...

Guillermo lo va animando y aunque con vergüenza Emilio se queda desnudo ante él. Luego Guillermo lo besa y caen al agua. Los dos nadan, ríen, se besan, juegan con sus cuerpos. Emilio lo abraza fuertemente:

--¡¡que se entere la luna,  que se entere todo el mundo¡¡ ¡¡¡TE AMO... TE AMO¡¡ -grita Emilio.

Y Guillermo lo mira fascinado. Se siente feliz.

--bonito, mi bonito --dice con mucho cariño.

Nadan hacia la orilla. Guillermo lo hace prisionero de su cuerpo. Emilio está de espaldas. Guillermo le besa y muerde el cuello mientras se la va clavando con pasión y delicadeza. Es la primera vez que Emilio siente la verga de Guillermo a pelo. Directamente en su cuerpo y es algo que disfrutan mucho. No hablan en ningún momento. Los une una gran magia. Salen desnudos y mojados. El calor de sus cuerpos los calientan. Están sofocados. Se quedan desnudos y abrazados sobre la hierba. Bajo la luna y las estrellas. 

--hoy ha sido el día más feliz de mi vida. Es que cada día a tu lado es el más feliz pero hoy ha sido una noche especial. No me importaría morirme en tus brazos de tanta felicidad --Emilio.

Guillermo también se siente feliz, lo va acariciando aunque no se miran:

--no hablemos de muerte, para mí también hoy ha sido un día maravilloso.

Y con una sonrisa Guillermo va acariciando a su esposo. Emilio se va quedando dormido.

--va. Nos vamos a quedar helados.

--no me quiero mover --Emilio.

Guillermo se levanta. Se muestra protector. Le extiende la mano.

--nos vamos a quedar dormidos aquí y vamos a coger una pulmonía.

Hay mucha complicidad entre ambos. Se visten sólo con una camiseta y calzoncillos. Emilio no le saca los ojos mientras Guillermo conduce hasta la casa. Guillermo no lo mira pero sonríe y busca su mano. Emilio se la agarra. Juntos se dan una ducha rápida mientras se besan. Comen algo y caen en la cama y Emilio  se queda muy refugiado en sus brazos mientras se va quedando dormido en brazos del guapísimo inglés. Luego Guillermo lo mira durante largo rato con amor y culpa. Por fin se lo confiesa, ahora que nadie lo escucha:

--Te amo, bonito. Te amo,  aunque nunca me atreva a decirlo. 

Pero es un amor que lo atormenta. Le duele ser un cobarde y no atreverse a confesar a todos que lo ama para que no se burlen de él por amar al rarito, le duele que Emilio lo ame tanto y él no haya sido claro. Le duele pensar que es feliz basado en una mentira y que si está se descubre para a perder a su bonito.

--me muero sin ti, bonito... no me dejes nunca... nunca... --dice él lloroso.

Emilio está dormido feliz pero sin imaginar cuanto lo está amando su guapo esposo.



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