martes, 10 de noviembre de 2020

Capítulo 25





El guapo inglés siente que se ha sacado un peso de encima cuando al fin el rarito se ha quedado dormido. Se levanta con mucho cuidado de no despertarlo. Agarra sus slips que están tirados en el piso y sale del cuarto. Sale a la terraza. Necesita tomar un poco de aire. Va pensando en Emilio, en cómo lo miraba siempre de lejos y a él, aunque le hacía gracia, le parecía que era un viejo loco. Luego piensa en la felicidad del rarito cuando se acostaron juntos la primera vez, la boda, la noche de bodas,...

--¿¿que estoy haciendo?¿qué?

Se siente bastante culpable:

--espero que todo esto no acabe mal.

Se queda un buen rato ya que le relaja el aire dándole en la cara. Cuando entra busca su teléfono móvil y de nuevo sale a la terraza. Llama a su amigo Dani. En Europa ya ha amanecido pero aún es temprano y Dani duerme. Toma su móvil con fastidio. Se sorprende al escuchar la voz de su amigo. Por un momento se ha olvidado que está fuera y se sorprende al escucharlo.

--¿te volviste loco? es de madrugada --dice medio dormido.

--perdona, tío, pero es que necesitaba hablar con un amigo... me olvidé de la diferencia horaria.

Dani salta de la cama, está en boxers:

--¡¡coño es verdad¡¡ ¿¿que estás en Las Vegas?

--ya me casé, Dani.

--vaya, asi que eres el flamante esposo del rarito. --dice con ironía-- ¿y que tal la vida de casado? --riendo-- y la noche de bodas  ¿no te dejó seco? Mira que estaba muy reprimido y con unas ganas locas de macho.

--no te burles.

--perdona --dice Dani bien divertido--  no quise ofender a tu señor esposo. Menos mal que es millonario porque vais a gastar una fortuna en condones. No te va a dejar salir de la cama en años. Tiene que recuperar el tiempo perdido.

--no sé para que te llamé. --dice Guillermo enojado.

--bueno, joder tio, no te lo tomes así. Es que no sé que decirte, no sé si debo felicitarte o darte el pésame. Es que no te imagino casado con el rarito. Debe estar que no se lo cree. Si te comía con

los ojos, al fin dejó de ser virgen y con el mejor. Ya quisieran todos los guapos del mundo su suerte.

--está tan feliz. Me siento una basura, tengo miedo que sufra cuando lo tenga que dejar.

--tú tranquilo. Haz gozar a tu rarito aunque sea por unos días. Él no tiene nada que perdonarte, al contrario te estará agradecido toda su vida.

--espero que sí.--dice el guapo inglés no muy convencido.

--ya lo verás ni modo que sea un malagradecido. Estoy seguro que él hubiera dado  todo lo que tiene por perder su virginidad con uno de sus ingleses y tú te le regalastes.

Y aunque no entiende lo que le pasa Guillermo siente celos de pensar que el amor que Emilio le dice tener no sea cierto y que en realidad le diera igual uno que otro.

--Emilio siempre me amó a mí, lo que pasa es que Billy lo confundió porque nos parecemos.

--¿no te estarás enamorando del rarito? --dice Dani burlón.

--claro que no. Yo por el rarito sólo siento lástima.

--No sé, a mí siempre me ha parecido muy sospechoso tu preocupación por el rarito, te gustaba demasiado tenerlo detrás... ¿no será que te dolió que se fuera a regalar a otro y todo esto lo has montado para que tu primo no te lo quite?

--¡¡no¡ ¡¡yo no quería que Cris se saliera con la suya¡

--a mi me parece que o me mientes a mí o no quieres reconocer que te gusta el rarito. Me parece muy sospechoso que te preocupes  tanto por su felicidad.

--no es eso. Es que no quería que Billy lo dejara en la calle, no creo que sea tan raro de entender.

--en parte no pero yo creo que hubiera bastado decirle la verdad.

--tal vez  sí me equivoque pero ni modo. Ya es tarde. Almenos Cris no se saldrá con la suya.

--Me tienes que dar detalles  escabrosos --dice divertido-- quiero saber que se siente al acostarse con esa  cosa.

Algo molesto por las burlas de su amigo, el guapísimo inglés da por acabada la conversación.

--feliz luna de miel y saludos a tu esposito el rarito --dice Dani con ironía.

Guillermo entra en el cuarto y deja su móvil. Le ha molestado el tono de su amigo. Se acerca a la cama. Mira a Emilio que duerme plácidamente. Él siente un gran ternura y tiene miedo de hacerle sufrir.

-¿qué voy a hacer contigo?¿qué?

Guillermo mira a su esposo con una ternura que ni él mismo comprende.






A la mañana siguiente, Emilio despierta solo en esa gran cama de la suite. Por un momento se angustia:

--¿es que fue un sueño?

Ve tirado en el piso los trajes de boda. Se levanta desnudo y se abraza a la camisa de su esposo con amor. Aspira su aroma:

--no lo soñé. Es mi esposo, mi esposo.

Se pone una camiseta y unos boxers. Radiando felicidad, Emilio sale del cuarto, la suite tiene una salita con una terraza. Guillermo está ahí. Mira la vista pero dentro de la habitación. De espadas. Ese culo sí es una buena vista. Emilio se le acerca sigilosamente. Lo mira con amor y con deseo. Luce unos jeans estrechos  que lo enloquecen. Muere por ese hombre y su bello culo. Guillermo no lo oye entrar y Emilio lo abraza por la espalda:

--te amo, te amo tanto mi amor hermoso. Te amo. Eres mi vida. Soy tan feliz. Te amo.

Emilio estrecha con todo su amor y deseo al guapo inglés que se siente bien al sentirse querido como nadie lo ha querido. Guillermo se gira y lo mira dulcemente:

--¿como has dormido?

Emilio lo besa. Guillermo responde a esos besos y a Emilio le tiembla todo al poder besar esos labios siempre que quiera y encontrar respuesta del hombre. A Guillermo le gusta que Emilio tome la iniciativa, que le vaya agarrando confianza pero a la vez lo siente como una responsabilidad. Emilio está demasiado arriba y a Guillermo le preocupa que no se recupere cuando caiga.

--has madrugado. Me hubiera gustado despertar y encontrarme con tu mirada --Emilio

La mirada cálida  y la dulce sonrisa del inglés hacen que Emilio lo vaya amando cada vez más y en profundidad. Desea no separarse de él jamás. Se aferra a él con desesperación. Con auténtica dependencia.

--¡¡te quiero, te quiero¡¡ --grita Emilio abrazándolo.

Y Guillermo se da cuenta que Emilio lo está amando mucho y teme que  demasiado. Siempre tuvo claro que iban a romper pero cada vez le preocupa más el gran daño que le hará. 

--¿que te ocurre? ¿Estás enfadado conmigo?--dice Emilio que se da cuenta de su tristeza.

Guillermo lo acaricia dulcemente mientras le dice:

--claro que no estoy enfadado contigo. 

Y es que Emilio es tan feliz que teme que eso se rompa y eso es lo que le preocupa al inglés. El momento de dejarlo. Guillermo estrecha a su esposo contra su pecho. Es muy afectuoso.

--estaba pensando... es nuestra luna de miel, no tenemos mucho tiempo así qué hay que aprovecharlo ¿que quieres hacer?

--No sé, yo tengo bastante con tenerme a ti.

--pues a mí ya me tienes... Todo, sólo para ti --dice sonriendo.

Y esas palabras a Emilio le suena a gloria, lo mira y lo toca como quien toca el cielo y él se deja querer.

Emilio mira a Guillermo enamorado. 

--es tan grande que me estés diciendo esto. Es que nunca imaginé que iba a vivir esto con alguien y menos contigo.

Guillermo se pone serio, lo mira con ternura, besa sus manos y le dice:

--dime una cosa, ¿te entregaste a mi porque me quieres o porqué fui el único que te lo pidió?

Emilio pone mala cara recordando a Billy:

--¿porqué me preguntas esto?

--bueno.. .soy tu marido, creo que tengo derecho a saberlo.

Emilio lo acaricia enamorado:

--¿y no te basta saber que tú fuiste el primero?¿qué me entregué a ti sin pensarlo? 

Guillermo sonríe con ternura. Emilio sigue hablando:

--te juro que si hubiera sido otro a lo mejor si caigo en sus brazos. Guillermo no me lo puedes reprochar, estaba solo y era virgen  pero lo hubiera pensado. No me hubiera dejado llevar de esa manera. Yo siento algo muy grande por ti, desde hace tanto. Tú llegaste con 14 años y te me metiste en el alma. Eras mi sueño y te me hiciste realidad.

Guillermo siente mucha ternura por su esposo y sin que Emilio se lo pida, simplemente porque a él le nace va besando y acariciando a su esposo arrastrándolo hacia la cama.

--¡te amo, te amo¡¡ --dice Emilio aferrado a él.

Sin dejar de besarlo y acariciarlo, Guillermo se va desabrochando los pantalones mientras que con mucha ternura le dice:

--mi Emilio, mi Emilio bonito.

La ternura de Guillermo es todo lo que necesita el rarito. No le pregunta si lo ama, no piensa en eso. Su dulce mirada, su sonrisa tierna, sus palabras suaves es todo lo que necesita Emilio. Luego de su momento de amor y pasión, Emilio y Guillermo reposan desnudos en la cama. Guillermo lo acaricia con mucha ternura, Emilio lo mira como si fuera un Dios. Están muy abrazados.

--¿te gusta estar conmigo?--Guillermo.

Emilio besa el pecho de él:

--¿¡como me dices eso.?¡Te he amado durante años en silencio y es increíble que esté contigo. Eras mi sueño.

Trata de no mostrar enfado, de no descubrirse pero hay algo que le duele y no se lo puede callar:

--dime una cosa... ¿y qué pasó con mi primo?

Emilio se incorpora en la cama:

--¿porqué me preguntas eso?

Guillermo lo mira con cariño. Se incorpora en la cama, lo acaricia muy dulcemente:

--es que de la misma manera que me di cuenta que yo te gustaba pues también he visto que en los últimos tiempos el que te gustaba era mi primo. ¿dime una cosa?¿hubieras preferido casarte con él?

Hay celos en las palabras de él, por un lado tiene miedo a descubrir que prefiere a su primo y por otro lado teme que Emilio se lo oculte. Pone a prueba el amor y la confianza de Emilio. Quiere ver si es honesto con él y le cuenta lo que pasó.





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